La receta es muy sencilla y quizá ya la conozcan muchos, pero si hay siquiera una persona que sea nueva en esto del té, me siento obligada a describirla. El año pasado, gracias a la bebida de jengibre, no cogí la gripe, no tosí y tuve mi secreción nasal anual durante quizá una semana. Además, como amante del jengibre y el limón, esta infusión me parece muy sabrosa. Quizá el único inconveniente es que puede llevar un poco de tiempo prepararlo: el jengibre no es tan fácil de rallar, y es bastante difícil disolver la miel en la mezcla de limón y jengibre, pero el sabor lo compensa todo. Hacemos un tarrito con antelación, que puede durar una semana en la nevera, pero en nuestra casa se consume en un par de días. Te recomiendo que lo pruebes tú también.