La base de esta pizza está hecha de calabacín en lugar de harina, como de costumbre. Si te sobra calabacín, ¡esta pizza es una forma muy buena de aprovecharlo! Aunque me gustó esta pizza, no debe compararse con una pizza normal.
La base era un poco como un pastel no dulce. No le puse mucha harina, así que quedó bastante blanda y esponjosa, pero sin duda mantuvo su forma.
Es importante escurrir bien el líquido del calabacín. En realidad nunca lo escurro del todo, pero sí quito la mayor parte del líquido. Espolvoreo una buena pizca de sal sobre el calabacín rallado. Dejo reposar durante 10-15 minutos, o hasta que el líquido se haya escurrido. Luego lo paso por un colador o lo exprimo con las manos.
Pongo harina de arroz en la base. La masa debe quedar espesa.
La base se forma colocándola en los lados de un molde redondo.
Sobre la pizza de calabacín horneada extiendo salsa de tomate, queso mozzarella rallado, tomate y atún en su propio jugo.